¿Seríamos capaces de contar la cantidad de veces qué miramos sin prestar atención? 

A menudo nos quedamos con la superficialidad de las cosas sin querer formar parte de estas. Mirar o dirigir la vista no es lo mismo que observar con atención.

Observar es sentir, emocionarse al dejarnos llevar por sensaciones indescriptibles y empezar a cuestionarnos el por qué de cada cosa.Cuando hablamos de moda no sólo existen esos nervios de último momento, ni chicas que se exponen a un público tras un telón. Son personas que comparten complicidad entre escena y escena, miradas que se pierden hacia ningún lugar. Intentar captar historias escondidas tras cada vestido, envueltas por su intimidad y silencios anhelados en los que no buscan aparentar ni ser nadie más que ellas mismas.Toda historia tiene un final pero en cada una de estas imágenes, cada final es un nuevo comienzo.Observe.